Tomé
un tren equivocado y acabé en el sur. Como no soy dado a admitir
errores propios, y menos en público, seguí adelante explicando a
todo el mundo que seguía un reto personal. La metedura de pata me
costó mucho dinero y bastantes días de viaje, pero llegué a mi
destino con mi orgullo intacto. Menos mal que la tierra es redonda y
pude disfrazar mi error como una aventura personal.
____ o____
No hay comentarios:
Publicar un comentario