El
árbitro añadió catorce minutos, logré decir y nadie me hizo caso.
Los del Manzanillos Club, contentísimos, no paraban de gritar.
Acababan de ganar al Peralejo Sporting. El partido iba igualado casi
hasta el final y acabó justo cuando el equipo local hizo gol,
catorce minutos fuera de tiempo, como queda dicho. Luego me enteré
que Anselmo II, hijo de Anselmo I, veterano del equipo, se percató
de que el árbitro miraba insistentemente al reloj de la torre. Dile
al sacristán que pare el reloj hasta que metamos gol, transmitió a
su padre. El árbitro no dijo nada de su reloj averiado. A mí nadie
me escuchó.
NOTA:
Texto no presentado por despiste, hay que decirlo, el 6-02-20, en la XII Edición de Relatos
en Cadena, concurso de microrrelatos de la Cadena Ser, cuya condición
de inicio es dar comienzo al relato con la última frase o fragmento
del cuento ganador de la semana anterior.
_____ _____
No hay comentarios:
Publicar un comentario