Héroes inesperados

Se trataba de organizar un salvamento en la montaña y las fuerzas vivas del lugar se pusieron al frente del operativo. Muchos voluntarios quedaron apartados por ser gente con empeño, pero sin la necesaria preparación. Queremos profesionales expertos, argumentaron. Por allí se acercó un pastor ofreciendo sus servicios. Conozco el entorno, les puedo guiar por los mejores caminos, por los pasos seguros y más rápidos. El gobernador le miró con altivez. ¿Es usted un hombre experimentado? Señor, constestó el pastor, tengo experiencia, yo no hago experimentos, no sé si eso vale para algo. El responsable del equipo de rescate le tocó disimuladamente el codo al gobernador. Lo reclutaron. Los periódicos del día siguiente se felicitaban por el éxito de la operación y ponderaron la figura del pastor. El gobernador, por contra, se recomía por dentro, él no salía ni en las fotos.

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