8 mar 2019

¿Alcanzar la madurez?

Siempre me han gustado los cambios de rasante. Eso de avanzar en un coche y ver el horizonte recortado en una elevación de la carretera sin saber qué es lo hay al otro lado, me mola. Además, si llevas una buena velocidad, el coche da un saltito y sientes cómo vences por un instante a la Ley de la Gravedad que nos tiene obligados a ir pegados al suelo. Una gozada. Es lo que echo de menos de la vida, porque sabemos qué nos va a ofrecer de un día para otro. Yo quiero vivir sin saber qué hay en el día después o en la noche que se avecina, o en la persona que se me acerca o en la ventana que abro cada mañana. Ya lo sé, sé que soy un insustancial, que ya me lo decía mi madre, ¡Juanito, a ver cuándo te haces mayor! Siento decepcionarla, soy muy infantil, ya lo sé. Pero, lo de los rasantes, lo juro, ¡es la leche! Los paso a lo loco, sí, pero luego sigo pegado al suelo.
_____ o _____

No hay comentarios:

Publicar un comentario