Doña
Mercedes fue una vez al médico para hablar de su marido. Ella tenía
ya hecho el diagnóstico y solo esperaba que el doctor le explicase
qué pastillas le debía suministrar. Mire, don Angel, mi esposo me
enerva y me pone al borde del infarto. No sabe lo difícil que es
vivir con él. Desde que se levanta ya me tiene encendida. Pero
dígame qué le pasa a su marido. Doña Mercedes se explayó a gusto
en un sinfín de pormenores y detalles. Don Ángel zanjó pronto el
asunto. Mire, le voy a dar dos recetas, una para su marido y otra
para usted. ¿Para mí?, protestó ella, si yo estoy bien...
_____ o _____
No hay comentarios:
Publicar un comentario