La
primera visión que uno tiene cuando entra en la casa de Juan
Aristizabal es de orden. Se trata de una sola estancia en la que con
una sola mirada se abarca el dormitorio, la cocina-comedor, el salón
y el baño-ducha de rigor. Bueno, también hay unos armarios cosidos
a la pared, una gran lámpara, luces indirectas y un televisor de
considerables dimensiones. En sí, y en 20 m2,
tantas cosas reunidas parecen un prodigio de la arquitectura y el
diseño. Pero, no nos desviemos, lo que llama la atención es el
orden: la cama siempre hecha, la vajilla en su sitio, los armarios
cerrados, ningún papel, libro, periódico o revista fuera de lugar y
nada de polvo o suciedad. Juan Aristizabal mantiene todo en orden y
concierto. Los amigos, respetuosos con aquel santuario impecable,
apenas le visitamos. Lo mío es un TOC, explica él mismo con total
soltura. ¿Qué? Nada menos que un Transtorno Obsesivo Compulsivo por
el orden y limpieza. ¿Qué solución te ofrece la medicina? Bueno,
nos dice de un tirón, hay fármacos
inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina,
que aumentan esta sustancia a nivel cerebral y disminuyen de manera
considerable los pensamientos obsesivos y la ansiedad asociada a los
mismos. ¡Uf! Nos dejas boquiabiertos. Tienes en orden hasta las
ideas, le decimos. ¡Qué va! Lo mejor es tener un apartamento de 20
m2.
Me dan menos ataques
de ansiedad. Cierto, no le falta razón.
_____ o _____
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