26 ene 2018

¡Ay, los niños!

Pablito, los puntos suspensivos son tres, no más. Pero, ¿por qué? Porque cuando cortas una oración que das por sobradamente entendida, vale con tres puntos, es la norma. Pero es que yo no corto una frase, yo corto una historia y necesito más puntos suspensivos. Da igual, no puedes llenar dos líneas de puntos, confundes al lector. Pues el lector es muy tonto, que yo hablo claro sin decir todo. A ver, no te entiendo Pablito. Pues todos los de clase entendemos. En mi historia cuento que “ayer fuimos al río y nos reímos con Fernandito, porque...”. Bueno, ya sabemos que Fernandito es especial, pero lo asumimos y le hacemos la vida fácil ¿no? Claro, pero hizo lo que hace todos los días. Y ¿qué hace? Pues se bajó los pantalones y nos enseñó todo, todo, todo. Las risas del grupo surgieron espontáneas y el maestro se tuvo que dar por enterado. Venga, haced los ejercicios de aritmética. Fernandito, ven conmigo a dirección. Cuando la clase quedó sola aparecieron los reproches. Ahora le estará llamando a la madre y menuda bronca, decían las chicos. Mejor es no decir nada, decían los chicas. Pablito, eres un chivato, te vamos a poner un castigo, decidieron. Este mes te toca a ti acompañar a Fernandito al baño. Bueno...
_____ o _____

No hay comentarios:

Publicar un comentario