14 jul 2017

Biondas

Una vez perdí el control de mi coche en una curva y acabé chocando lateralmente contra la valla de protección de la carretera. Oí un golpe seco y el vehículo quedó de nuevo perfectamente situado en el carril, obediente y sumiso ante los movimientos del volante. Allí parecía que no había pasado nada, salvo que las puertas de mi Peugeot tuvieron el detalle de ceder un poquito de pintura al guardarraíl y dejarlo maquillado en rojo, como si se hubieran dado un beso, digamos que apasionado. Y fue precisamente en aquella ocasión cuando comprendí de verdad la función y eficacia de esas barreras de metal o quitamiedos. Desde entonces, más como automovilista que como motero, me he convertido en admirador incondicional de quien haya sido el inventor de esta banda de acero galvanizado en frío, de doble onda, capaz de deformarse lo justo en los impactos y absorber el golpe. Hasta le pusieron un nombre bonito. He mirado en Internet por si el invento se le atribuye a alguien y me sale una banda italiana de música disco con ese nombre. Ya veo que no hay respeto hacia ciertos creadores.
_____ o _____

No hay comentarios:

Publicar un comentario