Adela
sufrió un verdadero shock emocional el día en que se consumó la
ruptura de su pareja. Ella misma fue la que decidió el día, la
fecha y el modo, un adiós con letras grandes y furiosas escritas en
la blanca puerta del frigorífico de la casa. Pero fue duro, porque
Adela sufrió durante un largo tiempo, primero de tristeza por los
buenos tiempos perdidos y las esperanzas truncadas, después por la
sensación de culpa de no haberlo hecho del todo bien. Al final acabó
resignada con su nueva situación, empezó a olvidar y a pensar en
ella, descubriendo una seguridad en sí misma que tenía olvidada.
Incluso superó con nota un encuentro casual con su ex en plena
calle, ya que actuó con indiferencia y no se removió nada especial
en su interior. Va a ser verdad que el tiempo lo cura todo, se decía
ella misma. Y sin querer se dio cuenta que eran más ya los días
alegres que los días tristes. Estás curada, le dijo una amiga, ¿De
qué? ¡Qué bien, Adela, ya ni te acuerdas!
_____ o _____
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