Hedonismo

El día que Gabriel Menssana ganó su primer sueldo lo guardó y siguió haciendo vida normal, con sus costumbres de siempre, para no variar. Su compañero Daniel Revidón, sin embargo, corrió a gastar su primer jornal como si le quemara en las manos. Al día siguiente intercambiaron confidencias.

-Ayer me gasté medio sueldo en celebraciones -dijo el segundo-. No llegaré a fin de mes, como siempre.
-Yo no toqué un euro.
-Eres un ahorrador -le espetó-. La vida está para disfrutarla a tope.
-La vida es larga, hay tiempo para todo.
-¿Y si te mueres mañana? A mi no me pillarán mis herederos con cash en el banco.
Gabriel Mesana le miró a los ojos e hizo una pausa antes de hablar.
-La vida es para disfrutar, ¿no? Yo lo hago a mi manera, tú a la tuya.

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