28 sept 2016

Algo de milenarismo

Esto ocurrió en el año 1000 del calendario juliano instaurado por Julio César en el año 46 a.C., cuando se llegó a pensar que, dada un cifra tan redonda, el mundo se acababa. Y es que el viento creyó la patraña y, tras muchos años de soplar en todas direcciones, hizo un parón para ver cómo se descalabraba el mundo. Inmediatamente quedaron quietas las nubes, las olas del mar desaparecieron y las hojas del bosque dejaron de murmurar.
Esto hay que arreglarlo, se quejaron las veletas, nos aburrimos dijeron los campos de cereal, me muero dijo un barquito velero, no existo ya, protestó una bandera importante... Viendo las inquietudes desatadas, el viento se arrepintió y reanudó su danza. Soy muy importante, se dijo, sin mí no hay nada que hacer en los mil años venideros. Y reforzado en su estatus siguió soplando con fuerza hasta hoy, olvidando parar en este segundo milenio del calendario puesto en marcha por el papa Gregorio XIII en 1582. Todo, porque a su edad ya no tiene afortunadamente ni memoria ni ganas de incordiar con embustes a los humanos de esta época.
_____ o _____

No hay comentarios:

Publicar un comentario