20 may 2016

Vivir con etiqueta

Mi vecino del 4ºC es hipster, eso dice la gente informada.
-Su abuelo fue hippy -me comenta la vecina del 5ºA-, su madre pasota y él -me lo dijo casi al oído como si de un secreto se tratara- es hipster.
-Sí, sí, ya se ve -contesté yo sin saber nada del tema. Pero en llegando a casa consulté la wikipedia. Así me acerqué al meollo del asunto. 
 La cultura hipster es una subcultura de jóvenes bohemios de clase media-alta que se establecen por lo general en barrios que experimentan procesos de gentrificación. Se asocian a tendencias musicales indie y alternativas, a una moda alejada de las corrientes predominantes, basados más en lo independiente (que incluye artículos vintage), a posiciones políticas progresistas (de izquierdas), al consumo de alimentos orgánicos y productos artesanales y ropa de segunda mano. Se caracteriza por una sensibilidad variada, alejada de las corrientes culturales predominantes (mainstream) y afín a estilos de vida alternativos. 
Releí varias veces el párrafo, lo digerí como pude, me acordé de todos los antepasados del redactor del mismo y tomé una determinación.
-Hola Pablito -saludé al hipster la primera vez que lo encontré en el ascensor-. ¿Te acuerdas el día que os inundé la casa?
Me miró desconcertado, sin saber por dónde iban los dardos.
-Sí que te caían gotas en la cama, justo encima de tu barriga -le recordé.
-¡Ah, sí! -se rio.
-Pues desde entonces no me ducho, que no quiero desvelarte. ¿No ves que huelo a muerto?
Se echó a reír. Y desde entonces somos amigos. A él se le olvida ejercer de hipster y a mí se me olvida que soy el enterrador del cementerio. Abajo las etiquetas.
_____ o _____
 

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