Con
el paso de los años uno va haciendo amigos de toda edad y condición.
Todo sea por una plática estimulante y placentera. Es el caso de
Senghor, una senegalés que derrocha buen humor y ganar de vivir,
mientras se gana la vida con la venta ambulante. Entre conversaciones
intrascendentes, de vez en cuando se cuela alguna más seria.
-¿Eres
musulmán?
-Sí,
pero yo no creo mucho en las religiones.
-Yo
tampoco.
-Pero
yo rezo todos los días. Creo más en las personas que en la
religiones de las personas.
-Ya.
-Para
mí las religiones no son importantes, son más las personas.
Y
Juan Badaya se quedó un rato pensando. No hacía falta tanta
insistencia, que ya estaba convencido de ello.
_____ o _____
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