Cuenta
la leyenda que Alcione, hija del dios Eolo, vivía feliz con su
pareja Ceice, hasta que un día éste cayó al mar, corriendo serio
peligro de morir ahogado. Ella, desesperada, se lanzó a las aguas
tenebrosas para estar a su lado. Viendo los dioses del Olimpo que
aquello no tendría buen final se apiadaron de ellos y los
convirtieron en alción o martín pescador, un pájaro de bellísimos
colores que se desenvuelve perfectamente entre aguas. Pero siguió la
historia y resulta que la feliz pareja no acertaba a incubar sus
huevos, pues la primera puesta coincidía con el solsticio de
invierno y los vientos y tempestades destruían sus huevos. De nuevo
Zeus vino en su ayuda y concedió 15 días de buen tiempo en enero,
los que desde entonces son conocidos como los Días del Alción, 7
días antes y otros tantos después del solsticio. Y es así como
esta especie ha podido llegar hasta nuestros días.
Cuentan
los expertos en meteorología que alrededor del solsticio de invierno
las presiones barométricas son benignas y suelen darse días de
tregua haciendo más templado el ambiente. Y es así como se explica
la bonanza en pleno invierno, dejando en buen lugar a los griegos.
Y
cuentan finalmente los ornitólogos que los alciones hacen puestas de
entre
5 y 10 huevos en abril/mayo y que ambos progenitores los incuban
durante 19/22 días. Y así es como las cosas quedan en su sitio, los
mitos por un lado y la ciencia por otro.
-¿Entediste
el mensaje, rapaz?
-Sí,
abuelo. Pero a mí me gusta lo primero, parece más verdad.
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