A
la sombra del árbol de las confidencias los dos amigos platicaban
placenteramente.
-Mi primer héroe de la infancia fue Sansón -comentaba el abuelo Simón-. Tenía una fuerza portentosa y se deshacía de sus enemigos con tremenda facilidad.
-Mi primer héroe de la infancia fue Sansón -comentaba el abuelo Simón-. Tenía una fuerza portentosa y se deshacía de sus enemigos con tremenda facilidad.
-Siempre contra los malos -le puntualizaba el tío Machuca-. Nos enseñaron que a
los malos había que darles candela.
-Es
que el mundo estaba dividido entre los malos y nosotros -ironizaba el
abuelo.
-Y
apareció Dalila, le cortó la melena y el héroe perdió su poderío.
-Y
mi mente infantil comenzaba a temblar, pensando que los malos podían
ganar.
-Eran
los filisteos.
-Los
malos, claro.
-¿Y
Dalila?
-Traidora.
Confieso que entre Eva y ella me hice una mala idea de las mujeres.
-¿Ves?
Así nos educaron -se quejaba el tío Machuca.
-Es
que los mitos dan una visión del mundo muy duradera.
Y
ambos amigos se quedaron en silencio un buen rato, recomponiendo sus
cabezas con las ideas de los nuevos tiempos. Les costaba.
_____ o _____
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