La
madre ya tenía el presentimiento de que su hijo no llegaría a tener
muchas luces.
-Que
hace cosas de tontos -le decía a su marido.
-Pero
si saca muy buenas notas en el colegio -le replicaba él.
Así
un día y otro, era un tema recurrente en la pareja. Hasta que el
padre llegó a la misma conclusión el día que, viniendo a casa
después de un fin de semana de agosto en el que habían
estado fuera, se solventó la duda.
-Pero
¿qué haces con la puerta del frigorífico abierto?
-Es
que hace mucho calor -contestó el hijo que se encontraba estudiando
en calzoncillos, tirado en el suelo de la cocina, delante del
electrodoméstico citado.
-Ya
te lo decía yo, ya te lo decía yo -repetía la madre una y otra vez
entre lágrimas de desconsuelo.
_____ o _____.
