19 sept 2014

Metáfora del perdón

La semilla empujada por una poderosa fuerza germinal hizo brotar un tallo que creció hasta emerger en la tierra y estirarse en dirección al sol. Al poco, un rumiante cruel se lo comió. La savia que empujaba desde abajo sanó la herida, cerró la cicatriz e hizo brotar un nuevo tallo, con pequeñas hojas que se desplegaron orgullosas. Dos caracoles despiadados se las comieron y el tallo desnudo quedó a merced del viento y la lluvia que lo zarandearon hasta dejarlo medio muerto.
Pero esa misteriosa fuerza que solo tienen los espíritus indomables hizo que brotaran de nuevo las hojas en primavera, creciera por fin el tallo y tomara con el tiempo la forma de un árbol hermoso que hoy da sombra y cobijo a quienes tan poco hicieron por su supervivencia.
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1 comentario:

  1. Bonita metáfora. Por lo que se ve, nos queda mucho por aprender.

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