Era
tan débil su memoria que sembraba todas las conversaciones con
unas molestas muletillas que le permitían hacer tiempo y recuperar
el hilo de lo hablado.
El
día de su boda fue memorable cuando llegó el momento culminante
del "sí, quiero". La novia, muy previsora, le apuntó por lo
bajo la respuesta y él la repitió literalmente, eso sí, olvidando
la coma
y el fundamento.
-Que
sí quiero coño.
Hubo
toses discretas que intentaron apagar el eco de tan prosaica declaración
de amor.
_____ o _____
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