El valor de la limosna

Al salir de la parroquia doña Inés dejó una propina a dos mendigos apostados en la entrada, sin dejar claro a cuál de los dos lo hacía. De inmediato, surgió una pelea entre los indigentes con resultado de muerte de uno de ellos.
Muchos feligreses lamentaron el desenlace, pero se sintieron aliviados al ver la parroquia libre de pordioseros. Desde luego, doña Inés pronto pasó página.
-¡Jesús! ¡Qué bien que ya no vemos pobres en la calle!

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