31 dic 2013

Monólogo del abuelo Simón para Navidad

Llega la Navidad y el fin de año, todos pugnamos por hacer una felicitación navideña que transmita nuestros mejores deseos y, si es posible, haga sonreír a los destinatarios. El humor siempre es un gran recurso, reforzando la autoestima por acción o reacción. Vale decir, por ejemplo:
El futuro y la felicidad en el nuevo año está al alcance de los inteligentes y de los genios, como tú y yo, ¡je,je,je!
Estoy buscando un tío que me quite el complejo de feo, o de gordo o de viejo o... Gracias, tú lo has logrado. Este año seré feliz.
Pero no te equivoques de destinatario. Si se lo mandas a tu jefe, date directamente por perdido, ya que esto sólo vale para amigos. Los crecidos de estatus no tienen sentido del humor. A ellos hay que enviarles mensajes formales del tipo:
Feliz Navidad, que Dios bendiga a su familia y premie su voluntad por hacer un mundo mejor. Que el Niño de Belén y su estrella iluminen el camino del nuevo año.
La verdad es que a los “estirados” este tipo de frases les traen al pairo. Por ello, el abuelo Simón te da un consejo, mándales una felicitación para que lloren. Ejemplo:
Señor poderoso, estaríamos felices si usted aprovecha el presente año para borrarse de este mundo; celebraríamos pomposamente su funeral, cantaríamos en su honor y disfrutaríamos mucho yendo a miccionar a su tumba y soltando improperios en su contra. Sea usted generoso y dé, por fin, una alegría a la humanidad
De momento, esto es sólo una idea del abuelo Simón, aún en fase experimental. Su autor, comenta que el año próximo tendrá mejor definida la propuesta y que informará debidamente.
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