10 oct 2013

Bochorno

Las damas del Club Social son gente de pulcras costumbres y buen hablar. Compiten entre ellas en mostrar las mejores maneras, las posturas más educadas y los modales más exquisitos. Pero en el día de ayer, doña Helena de Morales pasó un mal trance. Le correspondía hacer un relato discreto y elegante de su última visita al médico y se atrancó en un pasaje. 
-Me dijo el doctor que las molestias que sentía podrían ser causadas por gas... -no acabó de pronunciar la siguiente sílaba, porque un sexto sentido le indicó que pisaba terreno poco apropiado al momento y circunstancias-. Pero es que... -lo quiso arreglar con un eufemismo menos oportuno-, las flatulen...
-¡Ejem! -interrumpió doña Rosario.
-No hay que ser tan apocalíptica -censuró doña Inés.
Manolito, el hijo de 5 años que acompañaba a su madre, movió sus largos rizos percibiendo la indecisión de su progenitora y se aprestó a echarle un cable.
-En casa me has dicho que tienes que tirarte peditos de vez en cuando...
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