23 jul 2013

Una teja caída del cielo

De lo alto de los cielos cayó una teja que golpeó estruendosamente contra el techo del vehículo en el que viajaba el político de turno y que milagrosamente salió ileso. De inmediato los escoltas se desplegaron en círculo, pistola en ristre, tratando de desentrañar el incidente y dar protección a quien les pagaba.Las reacciones de las personas circundantes fueron dispares...
El mendigo que estaba apostado en la esquina solicitando por piedad alguna moneda permaneció impasible en su puesto como si con él no fuera la cosa.
El presidente de la comunidad de propietarios de la vivienda de la que procedía la teja, apostado en la ventana, inmediatamente pensó que tenía un marrón por delante, ya que su inestable tejado acababa de poner en peligro a los viandantes y bienes ajenos. Así que se encomendó a su seguro con más fe que un creyente de siete religiones.
La señora jubilada que esperaba distraídamente el autobús en la parada habitual y que poseía un indiscutible sentido común, atribuyó el susto inmenso que se llevó al viento que azotaba la ciudad y que seguramente había empujado la teja hacia el vacío. 
El estudiante que volvía con su mochila cargada de libros, abstraido en su burbuja adolescente, se detuvo a observar la escena, convencido de que aquello pertenecía al mundo de ficción en el que él tan a gusto se movía a diario en sus artilugios virtuales.
El barrendero se ciscó en todo lo habido y por haber pensando que tendría que volver a retirar la porquería de aquel tramo de calle que acababa de barrer y limpiar.
El padre que empujaba el carro de su bebé de regreso a casa se indignó pensando en el peligro que corrían los niños en estos mundos de dios, tanto por las tejas que siguen la ley de la gravedad como por los energúmenos armados que apuntaba a todo dios siguiendo la ley vigente.
El tendero, en fin salió a proteger sus frutas y verduras expuestas en la calle a la espera de que no se hubieran deteriorado.
Al día siguiente, los medios locales dieron cumplida información del incidente y ésta fue la versión más divulgada de los hechos, contada literalmente:
El conocido político, don Blas Blasonado Enexceso sufre un atentado terrorista del que afortunadamente sale ileso. Al parecer, y según fuentes oficiales consultadas, la rama más virulenta del movimiento NádeNá está detrás del atentado. La policía investiga el caso.
Durante un tiempo ésta fue la única explicación oficial del hecho que se ofreció a la población y el tan necesitado político engordó su curriculum de servicios a la patria con una muesca más en su haber de mártir oficial.
Y transcurrido un tiempo, pasó totalmente desapercibido el hecho de que el juez instructor del caso sobreseyera la causa, aduciendo que él no era quién para juzgar los hechos naturales y menos del viento que sopla caprichosamente sin ley humana que lo controle.
El seguro de la comunidad de propietarios del inmueble del que procedía la teja voladora pagó sin rechistar los desperfectos causados en el vehículo.
Y eso fue todo.
_____ o _____

No hay comentarios:

Publicar un comentario