2 abr 2013

Monólogo ovoide

Soy el embrión de un huevo abandonado en una rama, en posición de equilibrio claramente inestable. Mis padres han tenido la genialidad evolutiva de inaugurar una nueva fase, la de olvidarse de sus vástagos, sin proporcionarnos un nido protector, ni el calor de su plumaje, como hacen todos los pájaros de bien.
¡Malditos sean!
Hablo, como es obvio, desde el interior de un huevo equilibrista que, eso espero, se mantenga distante del suelo y siga en periodo de incubación bajo los tímidos rayos del sol.
TRIPLE C. Concurso a partir de una imagen. Marzo 2012
Darwin decía que las especies mutan muy rara vez, pero siempre en saltos genéticos imprevisibles. Yo creo que pronto voy a dar un salto en el vacío. Y si sobrevivo seré protagonista de un nuevo eslabón en la evolución de los pájaros de mi especie. Será una forma de eclosión traumática y vulgar, para qué lo voy a negar, pero lo siento, seré un precursor: el primero que nazca sin crianza. Aunque este árbol parece que me hará de nodriza puntual… No sé, la verdad.
Y me pregunto si esta mutación será por el calentamiento global... Algo barrunto, ya que en la rama contigua hay una hembra avergonzada que gime desvalida y en la superior un varón perdido en sus elucubraciones. ¿Qué hacen los bípedos por las ramas? ¡Sólo falta que sean mis padres!
¡Lo que hace el cambio climático!
_____ o _____

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