24 ene 2013

Agua pesada

La primera gota de agua me cayó en la cabeza y me hizo daño, mucho dolor. ¿Granizo? No, era una gota de agua muy densa, casi sólida. Corrí a protegerme bajo un árbol. Errónea decisión. La segunda, tercera y cuarta gota cumplieron ordenadamente su misión, así que sucesivamente y en este orden, me desmayé, sufrí una perforación en el cráneo y con la última abandoné definitivamente este mundo.
Por mandato divino llegué al cielo ¿Qué vieron mis ojos? Todo un desafío a la ley de la gravedad: Un larga y retorcida escalera sujeta por unas nubes que la mantenían en equilibrio, un dios que con sólo el poder su dedo amenazador mantenía levitante el paraíso terrenal al completo. Una nube, fuera de sí por su desacostumbrado quehacer me pidió disculpas.
-Lo siento, muchacho -me dijo-. De tanto estrés se me ha caído agua sin control y las gotas me han salido de grueso calibre. Lo siento -insistió.

____ o ____


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