10 dic 2025

Cuando el viento brama cerca

Cuando sonaron las campanas de la aldea los vecinos se temieron lo peor. Eran campanadas lentas y espesas que parecían despedir a un muerto. El viejo Simón se azoró, agarró su gaita y la hizo sonar con una música alegre. Sus convecinos salieron a ver qué era aquello. Es que, explicaba el anciano, quiero que sepáis que yo estoy vivo, que no estoy muerto, que es el viento el que agita los badajos. Se despidieron con un abrazo. 
NOTA: Texto presentado en el concurso El muro del escritor en octubre de 2025. Condiciones y tema: No más de 500 caracteres y  "Nuestros Mayores" como tema. Finalista. 
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