24 nov 2025

Historia apócrifa del ferrocarril

A Peter McCarthy le mandaron a la mina a construir caminos para vagones mineros allá por finales del S. XVIII. Se puso a las órdenes de Thomas Donegal, que era carpintero, y pasó un tiempo alisando caminos de tierra y colocando unos raíles de madera en los costados para que las ruedas se mantuvieran siempre dentro del carril por donde iban los carros. Mientras realizaban la obra aprovechaban ventajosamente el invento para transportar el material en una vieja carreta que tiraba un caballo percherón que llamaban Tristán. Peter McCarthy tomó medidas al animal y él fue quien decidió la anchura de la vía: 4 pies 8,5 pulgadas. Y así acabaron de construir el camino que unía el puerto de Barry con la mina ubicada en el sur de Gales. Han hecho un gran trabajo, comentó el ingeniero jefe Alison Brown, llenaremos este camino de vagonetas de carbón, será un éxito. Pasó el tiempo y el señor ingeniero promovió la idea y llenó de caminos similares toda la zona minera y se apropió de la buena idea del carpintero Thomas Donegal y de la inspiración de Peter McCarthy con la anchura de los carriles y la no menos necesaria aportación del caballo percherón Tristán que ejerció de modelo. Los nombres de los estos precursores imprescindibles nunca fueron recordados y duermen en el olvido, y más cuando otro celebrado ingeniero Richard Trevithick montó los primeros rieles de hierro fundido en 1804 e hizo circular una rudimentaria locomotora por encima. Eso sí, con una anchura de vía de 4 pies y 8,5 pulgadas, es decir, 1435 mm que es el ancho internacional más extendido en el mundo. Va por ellos, Peter McCarthy, Thomas Donegan y Tristán.
_________

No hay comentarios:

Publicar un comentario