16 sept 2024

Diálogos y dichos del Siglo de Oro (I)

Don Francisco de Quevedo y Villegas, notable escritor de Siglo de Oro español era un juerguista de armas tomar, además de cojo, miope e irreverente donde los haya habido. De él se cuentan muchas anécdotas y yo quiero destacar alguna de las menos conocidas. Ahí va la primera. Cuentan que en Madrid existe La Calle del Codo, ubicada cerca de la Plaza de la Villa, en pleno centro de la ciudad. En esta calle, angosta y retorcida como un codo, el famoso escritor solía parar de madrugada a vaciar la vejiga después de los excesos y juergas que gustaba disfrutar en las tabernas de la zona. Un ingenuo y piadoso vecino, cansado ya de tantos orines, trató de evitarlo colocando una cruz en el mingitorio acostumbrado del poeta pensando que la cruz espantaría al meón. Como no sirvió de nada, se atrevió a poner un cartel donde decía: Donde hay una cruz no se mea. Fue inútil porque se repitió la historia, aunque esta vez no sin respuesta escrita de don Francisco de Quevedo y Villegas: Y donde se orina no se colocan cruces. Genio y figura.
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