Me divorcio, no aguanto. Yo tampoco. Nos jugamos los niños al mus. Y la casa y el coche también, ¿no? Bueno, pues órdago por el mayor y envido por la pequeña. No puedo, pero envido y dos más por el par de gemelas del medio. Tuyas. ¿Juego? Sí, órdago a juego, que soy mano. Quiero. ¿A ver? No tienes 31 y yo sí, pierdes. Te quedas con la casa y los suegros que van en el mismo paquete. Te dejo el coche para que tengas donde dormir.
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