21 abr 2023

¿Quién dijo que esto no es emprendimiento?

Dicen que se llamaba Mendi, quizás la abreviatura de mendigo, que es lo que era. Tenía un modo de vida curioso. Lo explico. En cierta ocasión se puso en la puerta de La Bolsa a implorar una limosna y rápidamente salió un bedel que le invitó a alejarse del lugar. Como argumento irrechazable le dio una generosa limosna que le hizo salvar la semana. Visto el éxito de la iniciativa, Mendi organizó un plan que le rindió créditos durante mucho tiempo. Hizo una lista de amigos en el grupo de los sintecho y asignó una fecha en el calendario para que cada cual se apostara en el edificio de La Bolsa a mendigar. Les contó que él estaba conchabado con el conserje y que éste les daría una buena propina por desaparecer del lugar. Eso sí, Mendi, cobraba comisión por cada acción. Y con este modus operandi, Mendi fue durante una buena temporada un mendigo de ingresos regulares y mejor vivir.

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