Cuando se exhumó el cadáver los forenses constataron varias cosas. Primero Anselmo Juárez de la Cerda fue enterrado vivo. Segundo, se sabe que recuperó la consciencia, porque su teléfono móvil fue manipulado en el propio ataúd. Tercero, no hizo llamada de ayuda al exterior, a pesar de tener el 112 en el primer lugar de su agenda, sino que se limitó a realizar varias consultas en el buscador del teléfono. Cuarto, que tal como señala el celular, don Anselmo Juárez de la Cerda se interesó por saber los resultados de los cuartos de final del Campeonato Mundial de Selecciones en Qatar y que incluso leyó la crónica del partido del equipo de su país. Quinto, que ya no hay constancia de más actividad vital en el ataúd. Por todo ello, los forenses constatan que don Anselmo Juárez de la Cerda ya ha adquirido definitivamente la categoría de difunto. Sexto, que en paz descanse.
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