En el paragüero de un hotel se encontraron una vez un parasol y un paraguas. Ambos se sintieron incómodos. Primero se desafiaron con la mirada y luego acabaron discutiendo. El uno tachó al otro de pijo, estirado, arrogante... y el susodicho se despachó con apelativos como vulgar, ordinario, barato.... Ya se ve, en todas partes hay clases.
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