Santa Tecla de Iconio
El sacristán se quedó pasmado cuando se llevaron de su casa un cuadro de Santa Tecla a la que había estado rezando tres avemarías antes de acostarse desde que tenía uso de razón. Es puro arte del Renacimiento, le dijeron. Y tan pasmado se quedó que sólo se atrevió a protestar por un motivo: ¿A quién voy a rezar yo desde hoy cuando me acueste? El director del Museo Diocesano le regaló una estampa de la santa y le reconvino. Usted no debe olvidar que esta mujer fue virgen y mártir allá por el siglo primero en Anatolia, que sufrió persecución y padeció más que usted. No se queje. Y contento con que le proteja. El sacristán ni siquiera protestó por la clara enajenación de patrimonio que sufrió aquel día. Cosas de la iglesia. __________
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