26 ago 2022

Qué será la felicidad

Érase una vez un rey que sentía mucha curiosidad por saber qué era la felicidad. Durante muchos años buscó una respuesta que le satisficiera, pero no la encontró. Buscó en balde el consejo de gente sabia, de los ancianos del reino y hasta de los locos que abundaban en sus posesiones. Finalmente, y ya a punto de rendirse, se le ocurrió enviar unos emisarios en busca del hombre o mujer más feliz del reino. Ante la dificultad del encargo, los enviados del rey utilizaron una estratagema que fue preguntar a todos los súbditos quién era infeliz. De esa manera consiguieron juntar a un grupo considerable de gente que reconocía ser más bien dichosa. Y de entre todos ellos eligieron a una viejita, desdentada, viuda, más flaca que rolliza, que vivía en una humilde casa con pocas comodidades y que mantenía a 2 nietos huérfanos por mor de las guerras que organizaba el monarca. ¿Por qué la eligieron a ella? Sencillamente porque su respuesta fue muy clara. Soy feliz, afirmó, porque ahora no soy una desgraciada. Ante la estupefacción de los emisarios, lo aclaró un poco más. Me siento satisfecha, no pido más. Tengo cobijo en casa, calor de hogar, alimento que llevar a la boca, salud, cariño de los nietos, los vecinos me aprecian y, qué quieren que les diga, pues hasta ha salido el sol y oigo los trinos de los pájaros, me acaricia la brisa del amanecer, tengo el cántaro de agua lleno en la cocina, pan para toda la semana cocido hace dos días y... Los emisarios no la dejaron seguir y le pidieron que los acompañara hasta el castillo del rey. ¿Para qué?, preguntó sorprendida. Para platicar con el monarca, no más, tendrá interminables charlas con él. Bueno, dicen que dijo. Cuentan los cortesanos que aquella inesperada pareja tenía larguísimass conversaciones en el castillo, que a partir de ese momento el rey gozó de muy buen humor y gobernó con mano justa dejando las guerras y disputas con sus vecinos, mientras la viejita tejía con lana de las ovejas del rey preciosos calcetines que sirvieron para dar calor en el invierno a todos los soldados y cortesanos de aquel castillo. 

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