18 nov 2020

Temores y gozos compartidos

Ayer tuve una pesadilla. Soñé que estaba explicando a unos adolescentes indisciplinados un tema tan analítico como la sintaxis. El caso es que en el aula reinaba un caos absoluto con algunos intrusos que boicoteaban todos mis esfuerzos. En mi creciente desesperación casi llegué al llanto y al final me retiré impotente con ganas de pedir ayuda a las fuerzas especiales de cualquier ejército, ya fuera de tierra, mar o aire. ¿Eres maestro? Sí. ¿Y soñabas? Sí. Menos mal, no te ha pasado nada real. Porque a mí la pesadilla que más me atormenta es estar en una habitación vacía en una máquina dispensadora de billetes perfectamente numerados, que se me caigan de las manos y se desperdiguen en el suelo. ¿Eres bancario? Sí. ¿Tan grave es el problema? Sí, perder el orden es el caos. Pero, ha sido un sueño, ¿no? Claro. Tranquilo, que no pasa nada. Pues yo soy futbolista de élite y... Oye, ¿por qué empiezas al revés? ¿No sueñas nada terrible? Pues no, yo no soy el que tira los penaltis. ¡Ah!

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