28 oct 2020

Intruso


Sentado en la mecedora, de noche y en el jardín, descubrí una luciérnaga. Y muy cerca, emboscado en el césped, chirriaba un grillo. Cuanto más intenso era su tono, más brillaba el insecto. Estos se entienden, pensé. Mas no fue posible averiguarlo. En mi primer paso el uno calló, la otra perdió su fulgor. Avergonzado, emprendí la retirada y la noche recuperó su orden y concierto.

NOTA: Relato finalista en el VI Concurso Literario de minicuentos "Un caleidoscopio de letras". Ver Mundo escritura. Setiembre 2020. (http://www.mundoescritura.com/concursos/microrrelatos.php).

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