Cuando
llegué estaban poniendo la mesa para cenar. Fui el último en
llegar. Todos me saludaron contentos por verme, aunque yo sea, lo
sabemos todos, la oveja negra de la familia. Digamos que estoy en
tercer grado y conseguí permiso para celebrar la Navidad en casa. Me
sentí como nunca. Hasta me quedé afónico de tanto cantar
villancicos. Cuando al día siguiente regresé a dormir a la
penitenciaría todos me desearon lo mejor. Hasta la abuela
desmemoriada, que no sabe, ni sabrá, que le sisé de la cartera 300
pavos. Yo creo que mi madre colocó en su bolso la propina que me
quería dar ella.
_____ o _____
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