19 jul 2019

Heroína, sí

Doña Amelia cuenta jocosa que en una ocasión le preguntó un locutor de la única televisión que en aquel momento existía en el país que a quién llevaría a una isla desierta. Ella, fiel a la moral imperante y al ardor de sus años, dijo que a Paco, su marido, que con él iría al fin del mundo, que... Recibió un premio que la colocó en el candelero de las habladurías televisivas del momento y la elevó al altar de las mujeres raciales del país. Pero las hemerotecas le hicieron una mala pasada, porque al cabo de cuatro décadas un periodista becario rescató la grabación, localizó a la heroína y repitió la misma pregunta. Que ¿a quién llevaría yo a una isla desierta ahora mismo? Hijo mío, a mis amigas para jugar al julepe. Y ¿a su marido Paco no?, preguntó provocadoramente el aprendiz de periodista. Ni soñar, ése que vaya buceando, a ver si se ahoga. Los partidos de derecha protestaron, porque aquello era inadmisible, un exceso claro de la ideología de género. Doña Amelia cuenta hoy riéndose que, en realidad, pusieron al fiscal y al juez en un aprieto, porque no sabían dilucidar si era cosa de género, de incitación al odio, de machismo invertido o una prueba de buen humor de la entrevistada. Duró un tiempo la discusión en los mass media del país, pero es cierto, así lo asegura ella, que en las elecciones siguientes quedaron desenmascarados muchos discursos baratos. Es que soy una heroína, ¿verdad Paco?
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