Era
un mujer joven que aún no había pasado el ecuador de su vida.
Filosofaba con un hombre ya entrado en años que cargaba a sus
espaldas una mochila de esas cosas que suelen pasar en la vida a
cualquiera. Yo nunca entendí, decía ella, cómo Fulanita de Tal se
quedó viuda con 29 años y nunca más en su vida volvió a probar
los placeres de la carne, yo no lo aguantaría. El veterano sonrió
primero y luego dejó escapar una risa floja que obligó a la joven
mujer a repensar todo lo que había dicho.
_____ o _____
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