1 may 2019

Al grano

Una vez pedí la palabra en un congreso para interpelar a un ponente que nos había dado un charla sobre la concisión en el lenguaje. Me pidieron que fuera muy breve. Y tuve un conflicto mental entre expresarme a gusto y ser conciso. Cumplí ambos objetivos. Directamente le llamé pedante.
 NOTA: Minirrelato destinado a ser publicado en el blog de Cincuenta Palabras, tristemente desparecido en 2019
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