23 nov 2018

La necesidad de ser querido

 
Acudía a trabajar en bicicleta todos los días y eso aumentaba su autoestima. Necesito 15 minutos exactos para venir, en bus tardaría 30 minutos y coche no se sabe, presumía. Los días de lluvia y nieve no cejaba en el empeño. Un buen impermeable, más sudor y 5 minutos más de viaje, comentaba. Su autoestima seguía en alza. El año pasado, con las inundaciones que asolaron las ciudad, alcanzó ya un reconocimiento general. Una torrentera espontánea lo atrapó en el camino y pudo milagrosamente refugiarse en la copa de un castaño de indias que fue testigo mudo de sus penas. Allí estuvieron juntos y abrazados una noche entera hasta que a las 11'00 horas del día siguiente los bomberos le rescataron en helicóptero. Fue portada en los noticiarios locales y hasta del país. Tuvo tal subidón de autoestima que a los dos meses, olvidado el eco mediático y repuesto del ajetreo, enfermó de pena. ¿Qué hago yo ahora? Amigo mío, le dijo el psiquiatra puesto por el ayuntamiento, tienes un ego voraz, acomódate a las circunstancias. Y desde ese día, permanece trémulo y ensimismado, considerando el alcance de tan profundo consejo.
_____ o _____
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario