En
el Club de Jubilados hay muchas peleas sordas, de ésas que no se
oyen, pero que se ven, por la posesión del periódico de cada día.
Allí, el que lo pilla primero se lo queda durante al menos 1 hora.
Malo es que alguien interrumpa la lectura y emprenda conversación
con un colega, porque en ese caso la posesión de tal tesoro se
prolonga y da lugar a discusiones menos sordas. El responsable de la
biblioteca del Hogar del Jubilado, pensionista veterano como es de
suponer, ha tratado de corregirlo, adquiriendo dos ejemplares por
día, pero persisten los problemas. Ahora está probando otra nueva
solución. Inspirado en el El
hombre de la rosa
de Umberto Eco, ha untado con una salsa picante el ángulo inferior
derecho de las hojas de cada ejemplar. Espera que, siguiendo la vieja
costumbre de pasar página después de impregnar con saliva el dedo
índice para así arrastrar mejor la hoja, espera, repito, que los
lectores posesivos sientan un escozor especial en los labios que les
obligue a abandonar la presa. Por si acaso, ha elegido una salsa
especial para celíacos. La prudencia que no falte.
_____ o _____
No hay comentarios:
Publicar un comentario