A
la maestra te tocaba explicar el cultivo de los cereales, así que
colocó unas imágenes en la pizarra digital e inició la exposición.
Pero antes, para motivar el interés del alumnado, lanzó varias
preguntas.
-A
ver, ¿quién sabe para qué sirve el trigo?
Un
niño, que era de campo, comentó que para hacer pan, galletas y que
para alimentar el ganado. Una niña dijo que su padre tomaba unas
pastillas de trigo para rebajar el colesterol y otra niña, la hija
del panadero, añadió que para hacer harina. La maestra elogió a
todos e hizo otra pregunta.
-¿Sabéis
qué hay que hacer para cultivarlo?
El
niño de pueblo dijo que tener tierra, un tractor y semillas. Todos
los demás se callaron, porque eran de ciudad y nunca habían podido
observar de cerca el proceso. Todos menos Shengor, un niño senegalés
que levantaba la mano pidiendo la palabra.
-Hace
falta espantar a los animales para que no se coman la siembra.
Todos
rieron, hasta la maestra, que inició un discurso en el que habló de
la preparación del terreno, la forma y momento de hacer la siembra,
el abonado, los herbicidas para evitar otras plantas invasoras y la
manera y momento de la cosecha. Como se ve, todo muy ordenado y
claro. Y acabó con una pregunta retórica y el conocido chiste de
todos los días.
-¿Hay
alguna duda? El que la tenga, que la manifieste ahora o se calle para
siempre.
Shengor,
recomido por un interrogante que se le había ido acrecentando en la
mente, levantó de nuevo la mano.
-Pero,
eso no sirve si luego por la noche van los hipopótamos y pastan en
el sembrado.
Ya
la carcajada fue general. La maestra acalló el tumulto y tranquilizó
al niño.
-Eso
pasa en África, Shengor, aquí el ganado y animales salvajes no
molestan.
Y
dio la clase por acabada. Shengor quedó pensativo en su mesa, sin
ganas de hablar con sus compañeros. Era otra decepción más que se
llevaba con esa forma de ver el mundo que tienen los europeos. Parece
que sólo ellos conocen el mundo, se dijo.
_____ o _____
No hay comentarios:
Publicar un comentario