22 jun 2016

Prepago laboral

Había una vez un patrón que tenía montada una empresa organizada de una manera muy peculiar. Los asalariados que acudían al tajo encontraban todas las mañanas, al iniciar la jornada, un montón de billetes esparcidos por el suelo esperando que los recogieran. Pero todos sabían qué significaba aquello, porque en la siguiente puerta estaba el patrón con dos capataces que les revisaban los bolsillos y les asignaban el trabajo según la cantidad de dinero que portaran. Los más ambiciosos, por ejemplo, cegados por el brillo del dinero, tenían que trabajar hasta la extenuación y los más moderados, se conformaban con una jornada tranquila. Sabía el patrón que la ambición era y es un buen estímulo para el personal, como lo es la zanahoria suspendida con una caña por el jinete frente a los ojos de un asno.
_____ o _____

No hay comentarios:

Publicar un comentario