29 abr 2016

Hombres sinceros

Los dos amigos se intercambiaban confidencias.
-No soy nadie en mi casa, me dicen que no tengo idea de gobernar una casa.
-Y a mí que no tengo criterio para lo doméstico.
-Hombre, sinceramente no tanto como ellas, que hilan fino y están en todo.
-En cuanto cruzo el umbral de la puerta hacia el trabajo, me siento seguro.
-Y yo, de verdad, siento que ya soy alguien.
-Joder, que tú eres director general de la empresa.
-Y tú entrenador del equipo nacional de gimnasia.
-Ya.
-Somos la hostia.
Una llamada de teléfono les interrumpe la conversación.
-Que si me dices la camisa que has llevado puesta, que tengo que organizar la colada.
-Blanca, cariño.
Se hace el silencio y ambos amigos se miran con un punto de resignación.
-Claro, es el problema de la separación.
-¿Qué? ¿Os separáis?
- ¡Qué va! Que hay que separar lo claro de lo oscuro, lo...
-¡Ah!
Y los dos amigos guardan silencio, clavando los ojos en las sendas cervezas tostadas que tienen delante.
_____ o _____

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