Los
corredores avanzan a trote, acomodando la velocidad a las energías
que aún les quedan. Son muchos los aficionados que se han animado a
cruzar la ciudad sin escatimar esfuerzos. Los paseantes se hacen a un
lado, librando el camino y animan a los más titubeantes. De repente
aparece una moto con un policía que parece velar por el buen
desarrollo de la prueba. Impresiona ver la máquina, colorida y llena
de antenas, luces intermitentes y un uniformado escondido tras unas
gafas oscuras y un casco. Él también reclama su espacio y avanza
con un aire intimidatorio, exigiendo sitio a espectadores y atletas
que se retiran a su paso. El agente está ufano, no pasa
desapercibido. Hasta que llega a la altura de una mujer que porta el
dorsal 14.003 y que no se desvía ni un cm. del camino que ha tomado,
obligando a la autoridad a echar pie a tierra y subirse a la acera.
Herido, acelera ruidosamente y gana la posición, por delante de la
atleta a la que inoportuna ralentizando la marcha. ¡Estás
estorbando!, ella le dice. ¡Hago mi trabajo!, le grita el policía.
¡Mal lo haces, gilipollas!, le replica la mujer. El agente hace un
ademán de parar para arreglar aquel menosprecio y, ante el cariz del
asunto los otros corredores que se mueven alrededor unen sus voces y
recriminan al policía su actitud. Surte efecto, pues un tremendo
acelerón de la máquina hace que todos pierdan de vista a aquel
hombre que padece un ataque de ego tan inoportuno. ¡Será capullo!,
comenta un corredor de los que van en el pelotón. Dejarlo en paz,
pide la atleta ninguneada, era mi ex, aclara. Unos callan, muchos
sonríen y todos aprietan el paso. La meta está a 1 km.
_____ o _____
No hay comentarios:
Publicar un comentario