Juan
Seisdedos murió en la oficina, traspuesto y sin consuelo, después
de trabajar dos turnos seguidos. El forense aseguró que fue un
infarto y el juez mandó levantar el cadáver, o mejor dicho, bajarlo
desde el 4º piso. La funeraria lo introdujo en un saco azul y colocó
en una camilla muy manejable que se podía poner de pie inclusive en
el ascensor. A los compañeros de trabajo les quedó un recuerdo
horrendo, algo que no consiguió borrar la piadosa estampa, que pagó
la empresa, en la que aparecía La Muerte recibiendo en sus brazos al
bueno de Juan Seisdedos.
_____ o _____
NOTA
DE AUTOR: Texto
presentado en noviembre-2015 en el concurso Calendario
Microcuentista 2016,
del blog
Internacional Microcuentista - Revista de lo breve
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