12 nov 2014

¿Dónde anida la maldad?

En una ocasión le preguntaron a un viejo maestro el porqué de la maldad humana. La cuestión era peliaguda. El anciano no se atrevió a responder. Frunció el ceño, cerró los ojos y escudriñó su interior. Al poco se colocó la mano en el pecho en un gesto mudo que no dejaba lugar a dudas sobre su opinión.
-Pero la gente vive más en la bondad que en la maldad -le replicó un discípulo-. Afortunadamente no todos somos iguales.
-No te coloques siempre en el lado bueno-. Y le aclaró-. Todos pasamos la frontera alguna vez.
-¿Por qué? -insistió el interlocutor.
-Si te cruzas con una hormiga en el camino, ¿por qué la aplastas de un pisotón? -le cuestionó directamente-. Porque no la consideras digna de compartir tu espacio vital.
-¿...?
-Pues por las mismas razones nos volvemos malvados con los demás.
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