7 feb 2014

Dios está en todas partes

Éste que veis en la imagen es don Félix Cerezuela, un sacerdote piadoso que acompaña en el paso postrero a los hombres que abandonan este mundo por causa de sus pecados impíos. Él asiste a los penados antes de ser ajusticiados y lleva el consuelo a sus almas en tales trances, ayudando a sus erráticas almas a presentarse ante Dios, nuestro Señor. Ha permanecido en vela toda la noche junto a ellos, entre oraciones que les llenan de consuelo y les preparan para el salto definitivo a la otra vida donde aún deberán purgar sus pecados.
Estos que veis sujetos al sendos postes son los reos que van a ser ajusticiados al amanecer, convictos y confesos del terrible delito de defender con las armas y las ideas la causa de su país bajo un erróneo concepto de justicia y libertad. Se les acusa de crímenes nefandos contra la vida, propiedad e integridad de las personas, por lo que en cumplimiento de las leyes emanadas de la Constitución y ratificadas por el pueblo han sido condenados a la pena capital. Que Dios acoja en su seno a estos pecadores.

Estos que no veis en la foto, el pelotón de fusilamiento integrado por voluntarios y que sin duda habréis adivinado que forman parte necesaria en la escena, son los queridos hijos de Dios que forman parte de nuestro ejército de liberación. Debemos estar eternamente agradecidos a su entrega y esfuerzo, pues sin su encomiable compromiso no existiría nuestro país. Que Dios los bendiga. 
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