El
director de marketing y la directora artística llevaban un tiempo
devanándose la cabeza en busca de una buena idea para sacar adelante
el trabajo que tenían entre manos, nada menos que diseñar la
campaña electoral de un político al uso. Se les acercó el director
del departamento creativo.
-Deben
acentuar el perfil familiar y de empresario exitoso del cliente -les
indicó el recién llegado-. Son aspectos que convencen al votante.
-Pero
si se ha divorciado dos veces y los hijos están con sus ex -dijo
ella.
-Y
su empresa está vendida después de pasar por una suspensión de
pagos -se quejó él.
-Habrá
que presentar un personaje artificial -lamentó ella.
-Como
siempre, nos comeremos un marrón- protestó él.
Ante
las quejas de los dos publicistas, el jefe se retiró anunciando que
en dos horas quería oír propuestas.
Trascurrido
el plazo, ambos trabajadores de la Agencia Publicitaria "Imágenes
Ad Hoc", eran felicitados efusivamente por el director del
departamento creativo.
-Un
acierto enfatizar la imagen de forofo del equipo de fútbol y su
pasado en las divisiones infantiles del equipo campeón -y lo
argumentó-. Atraerá muchos votos.
-No
sé cómo podremos explicar su programa -comentó ella.
-Ni
su capacidad de gestión -añadió él.
-No
importa -replicó el jefe-. Este perfil produce fe en el cliente, le
da un aire familiar y cercano.
Y
así se diseñó la campaña de aquel político al uso que, por
cierto, fue un personaje rutilante durante unos pocos meses, ya que
al cabo de un año se vio envuelto en un asunto turbio que lo
descabalgó de la política activa, algo de lo que no pudieron
alertar a los votantes en la exitosa campaña publicitaria.
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