13 may 2025

Pesadillas que no cesan

Cuando el barco se hizo a la mar y cesaron de moverse las manos que despedían a los marineros, todos y todas guardaron en sus corazones la esperanza de que volvieran sanos y salvos, con la bodega llena de pescado y ganas de vivir. Maren más que nadie, ya que ella sospechaba que un nuevo ser se anunciaba en su vientre. Y tuvo un ataque de pánico pensando que su marido podría no volver. La consolaba su suegra. Tranquila, hay una viuda cada 14 años en este puerto. A ti no te toca ahora. Maren la abrazó y posó su cabeza en el hombro de ella, recordando que la madre de su marido quedó viuda con apenas 31 años. Fue una galerna terrible, le solía contar su marido.
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